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En cuatro temporadas consecutivas, se evaluó en un mismo sitio, la producción y calidad del forraje obtenido por una secuencia de cultivos de avena (otoño-invierno) y maíz (primavera-verano), al ser sembrados y cosechados en diferentes fechas. La combinación de fechas de siembra y de cosecha de ambos cultivos y de variedades de maíz, dio origen a 8 tratamientos, dispuestos en bloques completos al azar con 4 repeticiones. La producción de forraje de avena dependió principalmente de la época de cosecha, alcanzando a un máximo a mediados del mes de noviembre con valores que fluctuaron entre 7 y 12 ton de m.s./ha. En maíz, se sembró 2 híbridos (semiprecoz y semitardío). La producción del semiprecoz fluctuó entre 8 y 12 ton de m.s./ha; en cambio, la correspondiente al semitardío alcanzó entre 11 y 18 ton de m.s./ha, los mayores rendimientos fueron con las siembras efectuadas entre el 18 de octubre y el 6 de noviembre. La producción máxima de la rotación, alcanzó a 30 ton de m.s./ha/año. La producción total anual de proteína cruda fluctuó entre 1.092 y 1.968 kg/ha, en que el aporte de la avena osciló entre un 23 y un 47% del total. En el caso de la energía metabolizable, los valores fueron desde 44.403 a 67.153 Mcal/ha, con un aporte de la avena entre un 31 y 48% del total.