Utilizando una repetición de un ensayo de campo, realizado por G. Müller y M. Bustamante (no publicado) en la Estación Experimental Carillanca (INIA, Temuco) con el objeto de estudiar la respuesta de la alfalfa a distintas fertilizaciones repetidas anualmente, los autores del presente trabajo se propusieron identificar las propiedades del suelo que son modificadas por la abonadura. Para ello, se determinó: P-Olsen, fijación de P, Al- Morgan, pH, materia orgánica, N-total, relación C/N y K-extractable, en muestras de suelo extraÃdas cada 5 cm, hasta 40 cm de profundidad, y desde aquÃ, cada 10, hasta 90cm. Solamente los tratamientos con fertilización fosfatada, no asà a abonadura potásica o nitrogenada en las cantidades empleadas, modificaron los contenidos de P-Olsen y Al-Morgan en el perfil del suelo. Los mayores cambios se observaron para 1.200 kg/ha de P2O5, acumulados en tres años de aplicación a la alfalfa, aunque se manifiestan también con 100 kg/ha, aplicados anualmente. La influencia nula de la fertilización acumulada de 150 kg/ha de K2O y 48 de N, en tres años, se explica por la escasa dosis utilizada. La abonadura fosfatada produjo una disminución de las cantidades de Al-Morgan en todo el perfil, hasta 90 cm de profundidad; mientras que el enriquecimiento en P-Olsen se limitó al suelo superficial (hasta 25 cm). Se desconoce si ambos cambios fueron simultáneos, o uno de ellos precede al otro. El mejor desarrollo de la alfalfa se observó con la mayor fertilización con superfosfato triple (400 kg/ha P2O5/año); no se acidificó el suelo, pero se redujo drásticamente el contenido de Al-Morgan, especialmente en el horizonte superficial. AsÃ, la reacción del suelo resulta un criterio inadecuado para asociarlo con su productividad, siendo aventajado por el conocimiento de la cantidad de Al activo. |