ChileanJAR

En base a tres ensayos, es posible concluir que, en suelos con bajo aporte de N, bajos niveles de P-Olsen y producciones de 50 ton/ha, se produce una respuesta positiva, hasta 120-180 kg de N/ha y 90 kg de P₂O₅/ha, existiendo una clara interacción entre ambos nutrientes. No se observó respuesta al K, a pesar de los bajos niveles en el suelo (55 ppm). En el rendimiento máximo, la extracción de N fluctuó entre 100 y 120 kg/ha, mientras que la de P, fue de alrededor de 20 kg/ha. El tratamiento nitrogenado produjo un notorio aumento en la extracción del resto de los nutrientes. El P aumenta más su absorción como efecto indirecto del N, que por la adición del fertilizante fosfatado. La eficiencia de uso de N se calculó en 50%. Tomando en consideración este valor, la necesidad de N (aproximadamente 2,7 kg de N/ton) y el aporte del suelo, se plantea un modelo que permite definir la fertilización nitrogenada en relación al rendimiento potencial. La eficiencia de P (en presencia de N-120) fue de 15%. No hubo efectos positivos adicionales con la parcialización de la dosis de N, en cuanto a producción total, observándose sólo una mayor tasa de producción al final del período de cosecha, en los tratamientos que consultaron aplicaciones más tardias. Un estándar foliar preliminar para tomates de consumo fresco, sería: en inicio de floración, N-nitratos 5.400 ppm; en frutos pequeños, 3.300 ppm y en frutos en pinta, 800 ppm.