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En balillica (LoIium perenne x LoIium multiflorum) se miden las respuestas obtenidas con tres fórmulas de fertiiización: N (nitrato de amonio), NP (N + superfosfato triple) y NPKS (NP + sulfato de potasio), aplicadas a 70 muestras de suelo de la provincia de Biobío, n un ensayo de macetas. Todas las muestras son superficiales, salvo cuatro que provienen de profundidades superiores a 20 cm. Se confirma que las principales carencias nutritivas que afectan a los suelos estudiados son fósforo, potasio y azufre, al como se había establecido por la técnica del elemento faltante, en la Parte XX. En general, se dejan predecir las respuestas a las fertilizaciones N, NP y NPKS a partir de las líneas de fertilidad que caracterizan a cada muestra. La fertilización N no es capaz de elevar la fertilidad del suelo a los niveles definidos por la línea de fertilidad de fósforo. Con el tratamiento NP se llega a índices de rendimiento delimitados por la línea de fertilidad del potasio. La gran mayoría de los suelos de Biobío cubre actualmente sus requerimientos nutritivos con la abonadura NPKS para optimizar su fertilidad. Sin embargo, hay suelos con deficiencia grave de magnesio o de microelementos o de ambos nutrimentos, donde la citada abonadura es inadecuada. Bajo tales condiciones será necesario completar la fórmula de fertilización NPKS con magnesio o con microelementos o con ambos, pero aclarando previamente cual es o cuales son los microelementos carenciales. Algunos suelos parecen ser capaces de movilizar potasio no intercambiable con las aplicaciones de nitrato de amonio. A esta propiedad se le atribuye importancia agronómica, porque previene sobre el empleo irrestricto de los fertilizantes amoniacales. Se admite la participación de la biomasa en la fertilidad de los suelos, que afectaría principalmente al nitrógeno, fósforo y azufre. Posiblemente habría una activación térmica de las poblaciones mesófilas y termófilas qu