Los metales pueden llegar a ser tóxicos para los vegetales, lo que se debe a su capacidad de detonar mecanismos fisiológicos específicos, que pueden conducir a la muerte de las plantas. En cantidades excesivas, los metales son capaces de interactuar con grupos funcionales de aminoácidos, haciendo perder la estabilidad de las proteínas, de inducir la formación de radicales libres, muy tóxicos por su fuerte capacidad oxidante (la liporeoxidación, como una de las manifestaciones importantes), y de alterar el sistema de defensas antioxidantes.
No obstante, algunas plantas tienen una capacidad -genéticamente regulada- de tolerar el exceso metálico y vivir normalmente bajo una condición de estrés metálico. Esta tolerancia al estrés metálico se debe a una serie de mecanismos fisiológicos, detonados por el estrés metálico, entre los que se cuenta:
- la exclusión, esto es, la existencia de una barrera fisiológica que impide la absorción excesiva de metales, manteniéndose normal la concentración intra-celular aún en condiciones de estrés metálico; ello puede ocurrir por bloqueo radicular o alcalinización del medio circundante a las raíces,
- la acumulación y detoxificación interna, que significa la neutralización del exceso de metal a nivel intra-celular, gracias a la inducción de defensas antioxidantes (que neutralizan el exceso de especies radicalarias y de formación de prolina (aminoácido que se acumula en plantas en respuesta a variadas condiciones de estrés), síntesis de ácidos orgánicos y compartimentalización vacuolar (por el cuál el metal es transportado a la vacuola donde se inactiva), formación de metalotioneínas (aminoácidos con regiones de cisteína, que también se sintetizan en animales expuestos a estrés metálico y que poseen capacidad de complejar metales; esta síntesis tiene una base genética), y formación de fitoquelatinas (polipéptidos que se e e sintetizan en respue |
ChileanJAR
