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Se dispone de referencias que señalan que en ajos mientras mayor sea el peso del diente-semilla utilizado, mejor será el tamaño del bulbo a cosechar. Sin embargo, no se ha demostrado si existe alguna relación entre su tamaño y el del bulbo-madre que lo origiria, ni tampoco con la forma que posea, específicamente los dientes deformes o bulbillos deformes ubicados en la sección más interna de los bulbos. Por último, se desconoce la incidencia del tamaño del bulbo madre y/o del diente-semilla en el fenómeno del ramaleo a nivel del bulbo postcosechado. En la Estación Experimental La Platina (INIA, Santiago) el 01.07.87, se estableció un ensayo de campo con tres tratamientos para tamaño de bulbo-semilla: Flor, Primera y Segunda, y de cada uno de ellos se extrajeron 7 tipos de dientesemilla (sub-tratamientos): forma normal con peso de 1 a 2, 2 a 3, 3 a 4, 4 a 5 y 5 a 6 g, y bulbillos deformes con peso de 1 a 2 y 2 a 3 g. La plantación se realizó bajo una densidad de 25 pI./m², cosechándose el experimento el 14.12.87. Los resultados confirman efectos significativos del tamaño diente-semilla sobre el calibre de los bulbos obtenidos, definiéndose una respuesta de tipo lineal. Se demostró que estos efectos eran independientes del bulbo-madre del cual se extrajeran los dientessemilla y también de la forma que presentaran, según su ubicación original dentro del bulbo madre. En relación al ramaleo, se concluyó efectos significativos que se expresaron en una mayor proporción de bulbos deteriorados por este fenómeno al usar dientes de menor peso, en especial los de tamaño inferior a 2 g, independiente de la forma que tuvieran. El tamaño del bulbo-madre, en cambio, no afectó este fenómeno.