ChileanJAR

Durante las temporadas 1983 y 1988 se estudió en la Estación Experimental Remehue, un sistema de engorda de novillos, los cuales fueron manejados exclusivamente a pastoreo las dos primeras temporadas y, posteriormente, con una suplementación energética (melaza, aproximadamente 250 kg/animal), y sin el uso de concentrados tradicionales. Se evaluó la productividad de la pradera permanente, fertilizada anualmente con 32 kg/ ha de nitrógeno y 31,4 kg/ha de fósforo, en donde predominaron, durante las cinco temporadas, gramíneas de los géneros Lolium, Bromus, Agrostis, Anthoxanthum, y otros asociados a Trifolium repens. Se utilizó una superficie de seis hectáreas, subdivididas en 10 potreros, con una carga de 2,5 novillos Holanda europeo/ha y de aproximadamente 285 kg de P.V., los que ingresaron y salieron del sistema en diciembre de cada temporada. Anualmente se conservó forraje (principalmente ensilaje), en el 40% de la superficie, para ser utilizado en el invierno siguiente como suplemento en el caso de que no se suplementara con melaza. Al usar este complemento el ensilaje se ofreció en otoño-inicio de invierno, para rezagar las praderas, que fueron usadas posteriormente junto a la suplementación energética. La producción de carne, promedio de dos temporadas exclusivamente con forrajes y de tres temporadas con suplementación energética, fue de 504 y 649 kg de P.V./ha; los pesos finales promedio, de 470 y 550 kg, y la ganancia de peso promedio por animal, de 202 y 260 kg/ha, para las dos alternativas, respectivamente. Al evaluar económicamente el sistema, se obtuvo mejores resultados con la suplementación energética, obteniéndose un margen bruto por hectárea, promedio de las dos temporadas iniciales y de las tres finales con melaza, de $ 83.193 y de $ 110.628/ha, respectivamente. La rentabilidad, incluida la tierra, alcanzó a 11,6%/ha sin melaza y 14,83 al suplementar con melaza, considerando un valor de la tierra de $ 450.000/ha (pesos nominales 1990).